11.EL ORIGEN
DEL HOMBRE SEGÚN LOS CHEROQUI
Los
cheroqui, aborígenes originarios del actual territorio de Estados Unidos,
fueron muy afines a la narración de historias .Con ellas explicaban desde el
surgimiento del mundo hasta la constitución de sus instituciones.
Cuentan que, en cierta ocasión,
la celebración de una de sus ceremonias rituales se extendió hasta muy entrada
la noche. Una imponente luna iluminaba el festejo. En un rincón apartado, un
anciano introdujo a un grupo de pequeños cheroqui en los secretos de la
creación del hombre…
“Cuando Dios decidió crear al hombre, tomó dos elementos de la
naturaleza: la tierra y el agua. Hizo con ellos un amasijo y moldeó una
figura humana. Le dio el soplo de la vida y la cocinó con su calor.
Como estaba muy ansioso por
ver el resultado, esperó poco tiempo y lo sacó del horno. Se había apresurado
demasiado: su criatura había quedado cruda. Así nacía el hombre blanco.
Entonces, el creador decidió repetir la operación .Tomó nuevamente tierra y
agua y procedió a amasar.
Modeló una nueva figura y le
dio, nuevamente, él soplo de la vida. Con su calor, también la cocinó.
Esta vez aguardó con paciencia
y, luego de un largo rato, la sacó del horno. Estaba quemada.
Era el hombre negro….
Por tercera vez, Dios encaró
la tarea. Repitió los pasos .Amasó la tierra con el agua.
Formó nuevamente una figura
humana y le dio el soplo de la vida. Nuevamente, la cocinó con su calor. En
esta oportunidad esperó lo suficiente: ni poco ni demasiado.
Abrió la puerta del horno en
el momento justo, y tuvo la más hermosa sorpresa: de él salió un hombre dorado
y perfecto.
“Era
un cheroqui”…
Por años, los pequeños
recordaron esta historia, que a su vez contaron a sus hijos, y éstos a los suyos.
Así es que la narración de estos hechos extraordinarios ha llegado a nosotros.
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